La pintura para interiores está diseñada para ofrecer durabilidad y un acabado estético en espacios internos. Las opciones comunes incluyen:
- Pintura acrílica y látex: de fácil aplicación y secado rápido, ideal para paredes y techos.
- Pintura vinílica: lavable y de gran resistencia, adecuada para áreas con mucho uso.
- Pintura antihumedad: perfecta para espacios húmedos, como baños o sótanos.
- Pintura mate, satinada o brillante: el acabado afecta la reflectividad y facilidad de limpieza, siendo la mate más usada en habitaciones y la brillante en zonas con humedad.
La pintura para exteriores está formulada para resistir las condiciones climáticas adversas como la lluvia, el sol y la humedad, protegiendo superficies externas de edificios y viviendas. Los tipos más comunes incluyen:
- Pintura acrílica para exteriores: resistente al clima y de larga duración.
- Pintura impermeabilizante: diseñada para evitar filtraciones en paredes.
- Pintura elastomérica: flexible y eficaz en superficies que pueden expandirse o contraerse.
Estas pinturas también están disponibles en acabados mate, satinado o brillante, cada uno adecuado para distintas preferencias estéticas y necesidades de mantenimiento.